Tratamiento de la superficie metálica

¿Para qué sirve el tratamiento de superficies?

Un tratamiento de superficie es un proceso que modifica las propiedades de la superficie de un material, sin afectar a su forma o dimensiones. Puede tener distintas finalidades.

Por ejemplo, mejorar la resistencia a la corrosión, el desgaste, la temperatura, la electricidad o los productos químicos, cambiar el color, el brillo, la textura o el aspecto, o aplicar una capa funcional, como un revestimiento, una capa adhesiva o una capa decorativa. También es posible una combinación de estos fines.

¿De qué formas se puede tratar el metal?

Hay muchas formas de tratar el metal, dependiendo de la finalidad, el tipo de metal, la aplicación, el entorno y los requisitos del usuario final. Algunas formas populares de tratamiento de superficies metálicas son:

• Anodizado: creación de una capa de óxido en la superficie del metal, a menudo aluminio, para proporcionar protección contra la corrosión y el desgaste.
• Niquelado: aplicación de una capa de níquel al metal para aumentar la resistencia a la corrosión y mejorar la estética.
• Cromado: aplicación de una capa de níquel al metal para aumentar la resistencia a la corrosión y mejorar la estética.
• Cromado: aplicación de un revestimiento de cromo a la superficie del metal para aumentar la resistencia a la corrosión y conseguir un acabado brillante.
• Pasivado: aumento de la resistencia a la corrosión mediante la formación de una película protectora de óxido en la superficie del metal, a menudo en el caso del acero inoxidable.
• Recubrimiento en polvo: proceso electrostático en el que se aplica polvo al metal y se calienta, lo que da como resultado un recubrimiento duradero y protector.
• Decapado: eliminación de contaminantes superficiales y capas de óxido del metal para mejorar la calidad de la superficie.
• Rectificado: mecanizado de la superficie metálica para lograr la suavidad, eliminar imperfecciones y conseguir un acabado preciso.

El tratamiento previo es esencial para obtener los mejores resultados

Antes de someter el metal a un tratamiento de superficie, suele ser necesario pretratarlo primero. El pretratamiento es el proceso de preparación del metal para su posterior tratamiento.

El objetivo del pretratamiento es liberar al metal de sustancias no deseadas, alisar, dar rugosidad o activar la superficie, o mejorar la adherencia, cobertura, durabilidad o calidad del tratamiento superficial. Algunos ejemplos son la eliminación de óxido, grasa, suciedad y otros contaminantes.

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